11 de junio de 2019

Félix Martínez Sanz













Escritor local

Selas (Guadalajara), 1948.

Cursó estudios primarios en la Escuela Unitaria de Niños en su localidad natal, hasta la edad de 12 años en que abandonó la escuela para trabajar  como  pastor de ovejas,  en el monte en trabajos de corta de maderas, desbroces y  en la extracción de resina, en trabajos agrícolas en toda su faceta desde la siembra a la recolección.  A la edad de 21 años, marchó del pueblo a la realización del servicio militar obligatorio.
Durante la prestación de servicio militar, inició estudios para la obtención del título de Graduado Escolar, aprobando en el ínterin una oposición de funcionario como Agente Judicial de Justicia Municipal. Su primer destino en el Juzgado Comarcal de Granollers (Barcelona) Dos años después, se trasladó a Madrid en concurso ordinario al Juzgado Municipal núm. 33. Mediante oposición libre, accedió a Auxiliar Administrativo siendo destinado al Juzgado de Instrucción núm. Ocho de Barcelona. Tres años después y por concurso ordinario, fue destinado al Juzgado de Primera Instancia num. 12 de Madrid.  Por oposición Libre, accedió al Cuerpo de Oficiales de la Administración de Justicia, siendo destinado al Juzgado de Primera Instancia e instrucción núm. Dos de Alcala de Henares.
Destinado en Barcelona, aprobó el Curso de Acceso a la universidad para mayores de 25 años dando comienzo a la Carrera de Derecho por la Universidad Autonoma de Barcelona a consecuencia del traslado de Barcelona a Madrid, no culminó el primer curso de Derecho, por lo que se le denegó el traslado del expediente; ya en Alcalá de Henares, aprobó nuevamente el acceso a la universidad  en esta Ciudad,  donde cursó estudios de Derecho. Pasó a la categoría de Cuerpo de Gestión Procesal a la creación de dicho cuerpo, habiendo prestado servicios en los Juzgado de Primera Instancia e Instrucción num. 4 de los de Guadalajara y en el Juzgado de Instrucción num. 31 de los de Madrid. Durante su destino en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción num. 2 de Alcala de Henares, (14 años) ocupó la Secretaría del Juzgado durante 8 años y en diferentes periodos, por vacante de su titular. Ha prestado servicios como funcionario de la Administración de Justicia en todas las categorías administrativas.
En la actualidad, y desde hace años, es alcalde de su pueblo, Selas, en la provincia de Guadalajara, dedicando todo su tiempo libre a la mejora y aumento de posibilidades de esta localidad. Jubilado de sus quehaceres profesionales, nunca de leer, consultar, investigar y preguntarse acerca del mundo en que vive.


El libro que ha escrito, y que en su segunda edición ha sido editado por AACHE, lleva por título “Selas, un pueblo entre fronteras”, y de él se ha dicho que es un libro de agradable tacto y fácil consulta, y que viene a ser la expresión de un saber antiguo y honrado, de una forma noble y efectiva de comunicar. La historia de un pequeño pueblo de Castilla (del Señorío de Molina, más concretamente), la descripción de su patrimonio, el repaso a sus costumbres, el análisis de sus personajes, y mucho más contenido en estas páginas de tono ahuesado y amable abecedario, que se deja leer sin problemas y sin sorpresas. A Selas se le incluye en el Señorío de Molina, porque en todas las secuencias históricas de ese territorio hispano ha estado siempre palpitante. La secuencia cronológica de sus señores, de sus vicisitudes entre las coronas de Castilla y Aragón, y el progresivo declive de la tierra en torno en este nuevo siglo urbanita y ruralófobo, nos ofrece una cabal historia del pueblo. Habla también de la orografía, de los ríos, de la fauna, de los árboles, y de los personajes. Toponimia y documentos se entrelazan. El lenguaje es siempre claro, y las ideas fluyen entre sabinares y viejos monasterios hundidos. Estudia también el patrimonio del pueblo, que se centra en la iglesia y las ermitas. Más la torre del reloj, comunal emblema. De todas ellas nos cuenta historias y nos pone fotografías. Y al final se encienden las lucecitas del folclore, y Félix Martínez hace un contundente y tierno relato de las “Candelas” y las “Hoguerillas”, entrañables secuencias en que se unen los corazones de todos los habitantes y descendientes. Selas puede seguir presumiendo de libro y de autor (como ya lo hiciera cuando apareció en primera edición). Pero esta vez, estamos seguros, va a llegar más lejos, va a escuchar mayores aplausos y va a dejar que la silueta de su torre señorial se expanda por los horizontes que la rodean, y aún más allá…

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